La paz es fruto de un trabajo en común

Jóvenes de todo el mundo analizan la realidad de la paz en nuestras relaciones interpersonales

La paz es fruto de un trabajo en común. Por ello es necesario aprender a dialogar y a tomar decisiones juntos para construirla. Este es precisamente el reto al que se enfrentan los WYPers de varios países para trabajar el nuevo tema marco del PUJ 2018-2019 “Paz en construcción: tomando decisiones juntos para una nueva civilización”.

Si en la primera etapa del PUJ (2015-2017) se trabajó sobre uno de los ejes de las relaciones humanas, el perdón, en esta ocasión se está trabajando sobre otro punto decisivo: cómo tomar decisiones juntos, dentro de nuestras redes interpersonales (familia, trabajo, escuela, universidad, grupos de amigos, asociaciones, etc.) en y para la paz, partiendo de la premisa que no se puede generar civilización sin paz.

Tal y como afirmaba la encíclica ‘Laudato si’:

“la paz (…) es mucho más que la ausencia de guerra. La paz interior (…) auténticamente vivida, se refleja en un estilo de vida equilibrado, unido a una capacidad de admiración que lleva a la profundidad de la vida. La naturaleza está llena de palabras de amor, pero ¿cómo podremos escucharlas en medio del ruido constante, de la distracción permanente y ansiosa, o del culto a la apariencia? Muchas personas experimentan un profundo desequilibrio que las mueve a hacer las cosas a toda velocidad para sentirse ocupadas, en una prisa constante que a su vez las lleva a atropellar todo lo que tienen a su alrededor”.

 

En los meses de septiembre y octubre han surgido los primeros grupos de dialogo y trabajo del PUJ para abordar la construcción de la paz.  ¿Cómo? Analizando la realidad y tratando de descubrir qué es lo que falta. A seguir, lo que nos cuentan los miembros del PUJ de distintas ciudades del mundo:

– En Berlín, Alemania, desde los primeros diálogos y encuentros que hemos tenido, una cosa ya está quedando clara:

“la paz no se puede entender sino desde la relación”.

 

– En Roma, Italia, donde nos reunimos en el Centro Internacional de Jóvenes San Lorenzo, fundado por S. Juan Pablo II, antes de hablar y reflexionar sobre la paz, hemos querido centrarnos en nuestra forma de abrirnos a los demás, porque sin ese conocimiento no podemos responder al resto de preguntas. Tal y como afirmó el Papa Francisco:

“El camino de lo que falta pasa por lo que está (…) debemos partir de la realidad para hacer el salto a lo que falta. Debemos escrutar lo ordinario para abrirnos a lo extraordinario”.

 

– En España, han surgido grupos de trabajo y reflexión en universidades de Madrid, Salamanca y Barcelona, donde trabajaremos especialmente Etty Hillesum.

 

– En India, hay encuentros de formación y de trabajo sobre el WYP y la paz, en Mangalore, Bangalore y Kochin.

 

– En Colombia y Bolivia, los primeros encuentros se han centrado en dos maestras de obra, Madeleine Debrel y Etty Hillesum. Ellas han inspirado una de las primeras conclusiones de estos grupos:

“es necesario trabajar la paz comenzando desde nuestro diario vivir, haciendo un sacrificio por lo que deseamos. Solamente con el amor podremos romper barreras de nuestro egoísmo”.

 

– En Ecuador, los grupos de trabajo se realizan en varias universidades del país, como Loja, Quito, Santo Domingo, Ibarra.

 

– En Perú, estamos debatiendo sobre la construcción de la paz también a través de un taller de creación de poesía.

 

Con el trabajo de estos primeros meses, el PUJ trata de hacer realidad uno de los sueños de San Óscar Romero:

«que se capacite a los niños y a los jóvenes a analizar la realidad de su país. Que los prepare para ser agentes de transformaciones, en vez de alienarlos con un amontonamiento de textos y de técnicas que les hacen desconocer la realidad»